Con la reciente elección del Papa León XIV, se reaviva el interés por el legado arquitectónico que rodea al Vaticano, un escenario cargado de historia, fe y arte. Carla Basto Hospina, docente de la carrera de Arquitectura de la Universidad Autónoma del Perú, destaca que este enclave sagrado es un verdadero compendio de estilos arquitectónicos que han marcado distintas épocas.
“En la arquitectura del Vaticano podemos apreciar principalmente cuatro estilos: el románico, el gótico, el renacimiento y el barroco. Todos ellos se hacen evidentes en edificaciones tan emblemáticas como la Basílica de San Pedro, la Capilla Sixtina y la Plaza San Pedro”, explica Basto Hospina.
La docente señala que la Basílica de San Pedro se construyó con una arquitectura de estilo barroco. Si bien sigue el modelo del Panteón romano, Miguel Ángel modificó el diseño final para incluir los pilares de soporte para sostener la enorme cúpula. El plan central de Bramante era hacer coincidir la Basílica con una cruz latina.
El interior de la basílica es opulento, con mármoles, esculturas de la época del Renacimiento y artefactos. Después de que Bernini construyera el Baldacchino y el trono de San Pedro para completar la estructura, la iglesia se ha convertido en un símbolo de manual del renacimiento.
Por su parte, la Capilla Sixtina de apariencia exterior sobria, con su planta rectangular y gran altura, revela su esplendor al ingresar. Según destaca Basto Hospina, curiosamente, las medidas interiores tienen 40,9 metros de largo y 13,4 metros de ancho, las dimensiones que se citan en el Antiguo Testamento cuando se describe el templo de Salomón.
La única forma de acceder es a través del palacio Apostólico, ya que la capilla no tiene ninguna entrada exterior. Lo primero que llama la atención al cruzar su puerta es la bóveda de cañón rebajada que actúa como techo, a una altura de unos 20 metros. Esta bóveda está a su vez formada por otras más pequeñas, que descansan sobre las ventanas. La famosa mampara de mármol divide la sala en dos.
Sin embargo, el motivo esencial de las visitas a la capilla Sixtina es su imponente programa ornamental. La primera parte de su historia decorativa se inicia a finales del siglo XV, cuando en 1480 Sixto IV encarga a Perugino, Ghirlandaio, Botticelli y Cosimo Rosselli la realización de unos frescos que ocupen las paredes laterales, en los paneles centrales de las mismas.
La decoración de la bóveda no se iniciará hasta unos años después, cuando Julio II logra por fin traer a Miguel Ángel.
La Plaza de San Pedro es una antigua plaza que se encuentra en el centro de la Ciudad del Vaticano. Se cree que la estructura se construyó en el lugar donde fue asesinado el apóstol Pedro. Tanto la Basílica de San Pedro como la Plaza de San Pedro llevan el nombre de Pedro, considerado el primer Papa.
Al ser un punto de referencia importante en la ciudad, este espacio abierto acoge una serie de eventos religiosos y culturales durante todo el año, incluida la audiencia papal. Cada año, millones de personas visitan la Plaza de San Pedro para honrar su historia, asistir a eventos o simplemente admirar su magnificencia.
Como explica la especialista Carla Basto Hospina, la arquitectura del Vaticano exhibe una rica y diversa historia, con influencias que abarcan desde el arte románico hasta el barroco y el neoclásico. La Basílica de San Pedro, un ejemplo emblemático, refleja la transición entre estilos, con la influencia de Miguel Ángel en la cúpula renacentista y elementos barrocos en la fachada.
La ciudad también se caracteriza por la presencia de la Capilla Sixtina, un ejemplo de arquitectura gótica, y por la influencia del Concilio Vaticano II en la arquitectura religiosa. Todos los que estamos viviendo el pontificado de León XIV el primer Papa nacionalizado peruano, ya lo estamos viendo recorrer el Vaticano y su arquitectura la cual seguirá dando a conocer a todos los fieles católicos