La carrera de Terapia Física y Rehabilitación se ha convertido en una opción atractiva para quienes buscan impactar directamente en la calidad de vida de las personas a través del cuidado del cuerpo. En ella, aprenderás a realizar diagnósticos físicos funcionales, aplicar instrumentos clínicos confiables y diseñar intervenciones personalizadas.
Dentro de esta formación, se estudian y aplican diversas técnicas de fisioterapia, cada una con objetivos específicos para tratar lesiones, mejorar el movimiento y favorecer la recuperación. Si quieres saber cómo se usan estas herramientas terapéuticas hoy en día, acompáñanos a revisar las más importantes.
La masoterapia utiliza maniobras manuales para trabajar sobre los tejidos blandos del cuerpo. Se aplica tanto en músculos como en tendones y ligamentos, con la intención de aliviar la tensión, estimular la circulación y facilitar la relajación física y mental.
Actualmente, esta técnica es común en procesos de recuperación postoperatoria, lesiones deportivas o dolores musculares crónicos. Dependiendo del objetivo terapéutico, puede combinarse con calor local o ejercicios de estiramiento guiados.
A través de impulsos eléctricos controlados, la electroterapia actúa directamente sobre el sistema nervioso o muscular. Su aplicación más frecuente es el control del dolor, pero también se usa para recuperar la fuerza en músculos debilitados y reducir la inflamación.
Existen variantes como la TENS (estimulación nerviosa eléctrica transcutánea), utilizada en casos de lumbalgia, y la EMS (estimulación muscular eléctrica), recomendada para procesos de rehabilitación luego de lesiones traumáticas o cirugías ortopédicas.

Esta técnica es central en la fisioterapia moderna. Consiste en un programa personalizado de movimientos dirigidos que buscan restaurar la movilidad, mejorar la coordinación y fortalecer zonas específicas del cuerpo.
Cada rutina se adapta al diagnóstico funcional del paciente y puede incluir actividades con bandas elásticas, pesas, bicicletas estáticas o incluso ejercicios en colchonetas. Se usa ampliamente en casos de lesiones deportivas, cirugías articulares y rehabilitación neuromuscular.
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La terapia con agua se realiza en piscinas acondicionadas y permite al paciente moverse sin soportar el peso total del cuerpo, lo cual reduce la presión sobre las articulaciones.
Gracias a la flotación, es posible trabajar fuerza, equilibrio y flexibilidad sin causar dolor. Se aplica en adultos mayores, personas con artritis, fracturas recientes o condiciones neurológicas que afectan la marcha y el control corporal.
El ultrasonido emplea ondas sonoras para generar un efecto térmico en los tejidos profundos. Es eficaz en la reducción de la inflamación y en la estimulación de la circulación en zonas como tendones, ligamentos o músculos lesionados.
Se utiliza con frecuencia en casos de tendinitis, contracturas musculares y esguinces. Su aplicación es indolora y suele complementarse con ejercicios activos o técnicas manuales.
Mediante manipulaciones específicas realizadas por el fisioterapeuta, la terapia manual busca recuperar la movilidad articular y disminuir el dolor.
Incluye movilizaciones suaves, tracciones, estiramientos asistidos y manipulaciones articulares, con resultados efectivos en casos de rigidez, pinzamientos o bloqueos funcionales en la columna vertebral, rodillas u hombros.
Estos métodos aplican frío o calor, según la etapa del tratamiento. La crioterapia ayuda en fases agudas para controlar el dolor, reducir edemas y disminuir el metabolismo celular. En cambio, la termoterapia favorece la relajación muscular y mejora la elasticidad de los tejidos.
Se aplica con compresas, bolsas térmicas, baños de contraste o dispositivos eléctricos especializados. Son herramientas de uso frecuente en lesiones recientes, contracturas y dolores musculares localizados.

El biofeedback emplea sensores conectados al cuerpo para medir variables como la actividad muscular, la respiración o la frecuencia cardíaca. El objetivo es que el paciente aprenda a controlar esas funciones fisiológicas con entrenamiento guiado.
Es muy utilizado en la rehabilitación de suelo pélvico, trastornos del equilibrio o recuperación neurológica. También es una técnica valiosa para controlar el estrés físico y mental.
Esta técnica introduce agujas finas, sin medicación, directamente en los puntos gatillo musculares, que son áreas de alta tensión o dolor referenciado.
Se usa para liberar contracturas profundas y restaurar el movimiento sin dolor. Es común en tratamientos de cuello, espalda, hombros y extremidades. Su aplicación debe estar a cargo de un fisioterapeuta especializado en esta herramienta invasiva.
A través de cintas elásticas aplicadas sobre la piel, el kinesiotaping proporciona soporte funcional a músculos y articulaciones sin restringir el movimiento.
Sus efectos incluyen mejor circulación, reducción del edema, estímulo neuromuscular y estabilidad articular. Es ampliamente utilizado por deportistas, pero también en procesos de rehabilitación ortopédica y neurológica.
La terapia con ondas de choque utiliza impulsos acústicos de alta energía para estimular la regeneración de tejidos y aliviar dolencias crónicas.
Su uso es común en tendinitis, espolón calcáneo, fascitis plantar y puntos de dolor persistente. Es un procedimiento no invasivo que puede reducir la necesidad de cirugías en muchas patologías musculoesqueléticas.
Está dirigida a personas con enfermedades pulmonares o situaciones que limitan la capacidad respiratoria. Su propósito es mejorar la función pulmonar y facilitar la eliminación de secreciones.
Incluye ejercicios respiratorios, drenajes posturales, entrenamiento de músculos respiratorios y técnicas de higiene bronquial. Es clave en pacientes con asma, EPOC, fibrosis quística o en recuperación post-COVID.
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En el plan de estudios de la Universidad Autónoma del Perú, estas técnicas se desarrollan desde un enfoque práctico, clínico y actualizado. Gracias a laboratorios especializados, simuladores y prácticas supervisadas, los estudiantes integran conocimientos teóricos con competencias reales.
Además, durante la carrera se promueve el razonamiento clínico, la evaluación funcional precisa y el uso de evidencia científica para decidir qué técnica aplicar en cada caso. La formación incluye campos como fisioterapia neurológica, musculoesquelética, cardiorrespiratoria, geriátrica y dermatofuncional.
¡Ahora conoces los tipos de técnicas fisioterapéuticas! Recuerda que esta es una disciplina integral que utiliza una variedad de métodos para abordar diferentes aspectos del bienestar físico.
La fisioterapia no solo trata el cuerpo, también empodera a las personas para que tomen el control de su salud física y vivan una vida activa y plena. ¡Esperamos que esta información te haya sido útil!
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