Hoy más que nunca, las empresas necesitan más que buenos productos: necesitan seguridad legal para sostener su crecimiento. Si estás considerando estudiar Derecho a distancia, podrías terminar siendo la persona que ayuda a una compañía a mantenerse firme frente a contratos, normativas y situaciones complejas.
Dentro del entorno corporativo, las funciones de un asesor legal en una empresa van mucho más allá de revisar documentos. Este perfil profesional contribuye a evitar sanciones, a interpretar leyes con agilidad y a mantener a la organización en regla.
¿Te interesa saber qué hace exactamente y por qué es tan valorado? Entonces, ¡quédate hasta el final!, porque aquí te lo explicamos paso a paso.
Un asesor legal corporativo es un abogado que trabaja directamente con una empresa, ya sea como parte de su staff interno o como consultor externo. Su principal objetivo es velar porque la organización actúe dentro del marco legal, tanto a nivel interno como en sus relaciones con terceros. Esto abarca desde revisar contratos hasta asesorar en temas laborales, tributarios, societarios o penales, según el tipo de actividad de la empresa.
En muchos casos, los asesores legales son egresados de programas especializados en Derecho corporativo, y están preparados para dar respuestas rápidas y eficientes a los desafíos jurídicos del entorno empresarial. Un perfil cada vez más demandado en un mercado competitivo como el peruano.
Las responsabilidades de un asesor legal en una corporación pueden variar según el rubro, tamaño y estructura de la organización, pero estas son algunas de las funciones más importantes:
Una de las funciones más recurrentes es elaborar y revisar documentos legales como contratos de compra-venta, arrendamiento, confidencialidad, servicios, entre otros. El asesor debe asegurar que las cláusulas protejan los intereses de la empresa, evitar ambigüedades y anticiparse a posibles conflictos futuros.
También puede participar en la negociación de términos contractuales con proveedores, clientes o aliados estratégicos.

Este rol incluye monitorear el marco legal vigente y asegurar que la empresa lo cumpla. Esto abarca aspectos tributarios, laborales, ambientales, administrativos, penales y de protección al consumidor. Una empresa que ignora estos temas puede enfrentar multas, sanciones o incluso clausuras.
El asesor legal ayuda a implementar políticas internas para mitigar riesgos legales, elaborando manuales, protocolos y planes de contingencia.
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Cuando una empresa es citada por una entidad pública, ya sea SUNAFIL, INDECOPI, SUNAT, o el Poder Judicial, el asesor legal representa y defiende los intereses de la organización. Puede actuar como apoderado legal o coordinar con abogados litigantes especializados en cada materia.
Esta función requiere conocimiento del procedimiento administrativo y judicial, y capacidad para gestionar conflictos con un enfoque estratégico y preventivo.
El área de recursos humanos suele necesitar orientación para aplicar correctamente la normativa laboral: contratos, despidos, licencias, horarios, seguridad en el trabajo, etc. El asesor legal evita errores que puedan derivar en demandas o sanciones, y colabora con una gestión responsable del talento humano. Asimismo, interviene en negociaciones colectivas o conflictos con sindicatos.
Desde la constitución de una empresa hasta su disolución o fusión, el asesor legal está presente para redactar actas, revisar estatutos, actualizar libros societarios y garantizar que todo esté en regla ante Registros Públicos. Del mismo modo, puede participar en la estructuración de holdings o sociedades offshore si la empresa lo requiere.
Este aspecto cobra especial importancia en negocios familiares o startups que proyectan crecer a mediano o largo plazo.
Las empresas innovadoras suelen tener marcas, patentes, software o diseños que deben proteger legalmente. El asesor legal guía el registro ante INDECOPI y resguarda los activos intangibles del negocio. Puede intervenir ante casos de plagio, uso indebido o competencia desleal. Es una función crítica en empresas del sector creativo, tecnológico o comercial.
Un buen asesor legal no se limita a resolver problemas: también forma y sensibiliza a los equipos sobre temas legales que afectan a su trabajo. Puede ofrecer talleres internos, asesorías personalizadas o boletines informativos que mantengan al personal actualizado.
Esto fortalece la cultura de cumplimiento dentro de la empresa y previene errores operativos.
Tener un abogado dentro del equipo empresarial permite a las organizaciones:
– Anticiparse a riesgos legales, evitando litigios o sanciones costosas.
– Tomar decisiones informadas, considerando no solo los aspectos financieros sino también las consecuencias legales.
– Mejorar la gestión interna, implementando políticas y procesos adecuados.
– Fortalecer su reputación, actuando conforme a la ley y a estándares éticos.
Sin este respaldo, una empresa puede tomar caminos equivocados que afecten su sostenibilidad. Por eso, cada vez más compañías incorporan asesores legales en su estructura.

Quienes deseen desempeñarse en este rol deben estudiar una carrera de Derecho con orientación empresarial. Esto implica dominar ramas como Derecho civil, laboral, tributario, corporativo, administrativo y penal, pero también contar con habilidades digitales, pensamiento crítico y dominio de idiomas.
La Universidad Autónoma del Perú, por ejemplo, forma abogados con una visión ética y global, preparados para asesorar organizaciones públicas y privadas. Su malla curricular incluye cursos como Derecho Corporativo, Contratos Empresariales, Derecho Ambiental, y Mecanismos Alternativos de Resolución de Conflictos, todos relevantes para el ejercicio legal en empresas.
Gracias a su metodología 2EXA, los estudiantes aplican lo aprendido en escenarios reales, usando simuladores y recursos digitales. Esto les permite egresar con competencias prácticas para afrontar los retos del entorno legal actual.
Un asesor legal empresarial puede trabajar en:
– Empresas privadas de todos los sectores
– Startups y emprendimientos
– Estudios jurídicos especializados en Derecho corporativo
– Consultoras de cumplimiento normativo
– Organizaciones del Estado
– ONGs que gestionen contratos o fondos internacionales
También puede ejercer de forma independiente como consultor externo o formar su propio estudio legal.
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Además del conocimiento jurídico, este profesional debe tener:
– Capacidad analítica y pensamiento lógico
– Habilidades de negociación y comunicación clara
– Ética profesional y criterio jurídico sólido
– Proactividad y orientación al detalle
– Manejo de herramientas digitales
– Inglés técnico o avanzado
Estas cualidades lo vuelven un asesor confiable en entornos dinámicos y de alta presión.
Ahora que ya conoces las tareas de un asesor legal en una empresa, es claro que su trabajo va mucho más allá de redactar contratos o resolver conflictos. Su rol impacta directamente en la salud jurídica, reputación y sostenibilidad de cualquier organización.
Si te interesa esta carrera y quieres prepararte para este campo, estudiar una carrera de Derecho con enfoque empresarial puede abrirte muchas puertas. Sobre todo si optas por una modalidad 100% virtual que te permita avanzar a tu ritmo, con una metodología moderna y contenidos aplicables al entorno laboral.
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